domingo, 29 de abril de 2012

I´ll be your mirror

(entrada publicada previamente en Call me Enric el 27 de Abril de 2011)



Tardó un tiempo en darse cuenta, y aún así, comprender aquello que estaba pasando, comprender su reacción, no le sirvió para sentirse más tranquila.

La cuestión es sencilla. A partir de cierto momento, después de todo aquello, ella había dejado de tener importancia por sí misma, había dejado de representar todo aquello que había quedado atrás, todos los momentos y sentimientos, todas las expectativas, los logros, los proyectos. Su persona parecía haber adelgazado hasta convertirse en una fina lámina cristalina. Se había convertido en una suerte de espejo, y dejando de ser persona per se, su presencia únicamente representaba la existencia, la realidad, de un fracaso, de una frustración y de una humillación (todo ello en realidad inexistente) todo ello mal gestionado desde un principio.

De ahí el saludo retirado, de ahí el no compartir la misma estancia, de ahí  que le retirase la cara a cada momento, de ahí los desplantes. No era a ella. Eran gestos que se hacían hacia el espejo.

La gente no suele soportar la presencia de espejos, sobre todo cuando solo reflejan las caras que uno mismo intenta ocultar(se).

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