sábado, 28 de abril de 2012

Diacronía y Sincronía

(publicada previamente en Call me Enric el 13 de Agosto de 2011)

"... simplificando, y que sepas que ésta va a ser la única idea que te deje en herencia, tienes que ser capaz de comprender que, a lo largo de toda tu vida, y en relación con absolutamente todo lo que te ocurra en ella, todo lo que emprendas, todo lo que veas, todo lo que sufras, tan sólo existen dos variables, dos vectores, con dos polos opuestos en cada uno de ellos, que lo configuran todo.

Por un lado, siempre encontrarás el vector temporal, todo en este mundo tiene un componente temporal, es evidente. Lo que no es evidente para todo el mundo es la organización, la sistematización de ese componente temporal. La gente vulgar se limita a conceptos como antes, después y simultáneo y con eso creen que son capaces de organizar ese componente temporal. Es más sencillo, no existen tres conceptos temporales reales, solo dos: diacronía y sincronía; lo que ocurre en tiempos diferentes, lo que ocurre en los mismos tiempos, y el vector se gradúa según la cercanía temporal, es decir según la cercanía a la sincronía pura o exacta, o según la lejanía, es decir, según el grado de diacronía.

Está claro, el segundo vector es el espacial, que se organiza en los sencillos conceptos de cercanía espacial o lejanía espacial. De igual manera, se gradúa el vector desde la cercanía absoluta de lo que ocurre en el mismo espacio concreto, hacía la lejanía absoluta.

Con estos dos vectores, hijo, has de ser capaz de calibrar cada evento que te ocupe, cada acción que lleves a cabo, cada hecho que observes. Todo está en esos dos vectores. Todo el interés, todo el amor y todo el dolor. Tus amigos, son aquellos que han compartido una serie de hechos y momentos de forma sincrónica contigo, si ese amigo tuyo de la infancia se hubiera situado tan sólo un grado más allá en el vector temporal, si esa sincronía hubiera sido tan sólo un grado menor, nunca hubiera existido como tal. Si manteniendo la referencia temporal, tu vida se hubiera situado un pasito más allá en lo espacial, no tendrías con que llenar ese tazón cada día, te arrastrarías al sol mendigando, incluso podrías haber muerto al nacer o, con más suerte, en los primeros años de tu vida. Si, en cambio fuese el vector temporal el afectado, habrías llevado una vida condenado a años de guerra, de enfrentamiento, de miedo, frío, dolor físico y terror. Los eventos que consideras que han sido cruciales en tu vida, lo son no por una intrínseca cualidad que los haga así, especiales, si no por el grado de sincronía o cercanía, o tal vez por su lejanía, respecto a ti.

Puedes extrapolar esto a la vida pública, a los hechos históricos, a las listas de reyes y a los anales, y descubrirás muchas más relaciones entrelazadas de las que pensabas que existían, y estas relaciones serán más complejas de lo que pensabas.

Pero si de verdad quieres ser sabio, hijo, y es lo que espero de ti, que anheles la sabiduría, aplicarás este sencillo esquema, este par de ejes que te expone ahora tu anciano padre, al único tema que merece la pena estudiar.

Y terminarás conociendo el verdadero terror, el terror de insignificancia, de la banalidad, del conjunto de casualidades que nos conforma, de la ligereza de nuestro ser y nuestros amores."

    => Manuscrito encontrado entre las páginas de un manual de emblemática encontrado en el estante superior de la librería B de la biblioteca. Sin firma, sin fecha, sin referencias directas, carácter personal-privado, ortografía algo confusa, temblorosa, presenta algunos borrones y manchas de tinta, sin tachaduras. Imposible de clasificar, tinta común sobre papel común (calidad baja) de la época. Sin valor aparente. Clasificar y almacenar.

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